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lunes, 22 de noviembre de 2010
Para mi Franciscaa x)
Es verdad. Las amistades empiezan y acaban. Pueden durar toda una vida, y que nos separe la muerte. Pueden durar muchos años y finalmente perder el contacto. O pueden durar unos meses y finalmente terminar. Pero nunca mezclar amor con amistad. Nunca confundirlo. Llegas a querer tanto a una persona que no te das cuenta de que ella no busca lo mismo. Busca más. Y tu se lo das. Y finalmente te puedes enamorar. Sí, pero que es el amor? No le puedes ofrecer un abrazo a alguien que espera un polvo. No puedes. No puedes secar las lagrimas de quien espera que se las beses. Ni puedes acariciar la mejilla de alguien que espera que le acaricies la tripa. Y lo peor esque te acostumbras a besar en la boca a una persona a la que quieres besar en la frente. Te acostumbras a decirle te quiero, en lugar de te necesito. Y te acostumbras a dormir con ella, a vivir con ella, a ser parte de ella, a fundirte con ella... Mientras solamente deberias haber aprendido a jugar con ella, a ayudarla y saber comprenderla. No puedes esperar que luego todo vuelva a ser como antes. Empiezas a quererla más y más, hasta que finalmente te das cuenta de que no es una simple amiga. Y luego, intentas arreglarlo, pero es tarde, y cada día la quieres más. Y ella a tí. Pero finalmente las cosas se tuercen. Siempre se tuercen. Hay más gente, a ti te gustan muchos chicos, eres joven y quieres salir. Y ella se pone celosa, te quiere solo para ella. Luego te la devuelve, y se enamora. De una chica. De otra chica. Y tu dejas de ser lo que eras para ella. Y intentas que siga la amistad, una amistad tan extraña, tan especial, tan bonita... Que te es imposible olvidarla. Pero no, la amistad no puede seguir. No va a seguir. Tu quieres poder contarle tus cosas, poder besarla por fin en la mejilla, poder mirarla a los ojos con una mirada de complicidad. Pero ella no esta tan segura de que todo eso pueda ser posible. Ella solo te dice que en la vida las cosas empiezan, duran un tiempo, y siempre, siempre termina. Y mientras fumas un cigarro sentada en su portal te das cuenta de que es verdad, todo termina. Todo termina, como los cigarros. En chusta.
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